lunes, 10 de abril de 2017

Dos lecturas recientes sobre biosimilares en España que no te deberías perder



1. El mes pasado se publicó un interesante estudio realizado en España (concretamente en Sevilla) sobre el cambio de infliximab “original” a infliximab biosimilar, lo que se denomina “SWITCH”.

El estudio, denominado “Effectiveness and Safety of CT-P13 (Biosimilar Infliximab) in Patients with Inflammatory Bowel Disease in Real Life at 6 Months, se llevó a cabo en 80 pacientes con enfermedad de Crohn de moderada a grave y 40 con Colitis Ulcerosa. Se incluyeron en el estudio pacientes NAIVE (que iniciaban tratamiento con biosimilar) y en SWITCH (que cambiaban del original al biosimilar).

En los pacientes en SWITCH: El 83.9% de los pacientes con enfermedad de Crohn intercambiados, que estaban en remisión en el momento del switch, continúan en remisión a los 6 meses. En el caso de los pacientes con colitis ulcerosa, el 91.3% de los que estaban en remisión en el momento del switch, continúan en remisión a los 6 meses. En los pacientes NAIVE: 50% con enfermedad de Crohn y el 66.7% con colitis ulcerosa alcanzaron la remisión a los 6 meses Se notificaron efectos adversos en el 7.5% de los casos durante este tiempo de estudio. 

El estudio concluye que infliximab biosimilar fue eficaz y bien tolerado en pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa.

2. Hace unos días se publicaba en EVALMED una interesante evaluación GRADE por parte de un compañero de farmacia hospitalaria del Hospital Infanta Cristina de Badajoz del ensayo clínico publicado en enero de2017 por Rugo y colaboradores de utilización de trastuzumab “original” frente a trastuzumab biosimilar en cáncer de mama metastásico.

La conclusión es una recomendación fuerte a favor de utilizar el trastuzumab biosimilar, te sugiero que te leas la publicación entera porque la verdad es que merece la pena.

martes, 4 de abril de 2017

Medicamentos que no valen para nada



Recientemente aparecía en British Medical Journal una noticia sobre que el NHS (Sistema Nacional de Salud Británico) publicará una lista de medicamentos de “bajo valor” como parte de una nueva campaña para reducir costes sanitarios que entrará en vigor en junio de 2017. La revisión se llevará a cabo por una comisión clínica, se centrará primero en un pequeño grupo de medicamentos y se habla ya de ahorrar 128 millones de libras al año.

Esto me ha llevado rápidamente a un viaje por el tiempo. A la terminología de cuando era residente de aquellos medicamentos VINEs (de valor intrínseco no elevado) que elaboraron hace ya más de 20 años Laporte y colaboradores. A esos boletines terapéuticos andaluces con conclusión de “medicamentos que no suponen un avance terapéutico”. Toda aquella polémica que se generó hace ya unos años sobre la utilización de “tratamientos condroprotectores o SYSADOA”, esos medicamentos que no han demostrado ninguna utilidad terapéutica...y así múltiples ejemplos.

Este es un tema clásico, casi podríamos decir de toda la vida y que sigue vigente a día de hoy. La pregunta es la de siempre ¿por qué autorizamos medicamentos que no han demostrado eficacia o mejora terapéutica? Es algo así como crear tus propios enemigos con los que luchar mas adelante.
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